Disfrutando del Camino en la Vida y en el Trabajo

Disfrutando del Camino en la Vida y en el Trabajo

Hace varios años adquirí un curso en audio del gran T Harv Eker, autor del libro Secretos de la Mente Millonaria.

Es uno de los cursos que más me ha impactado, en el cual se siente su energía, solo con su voz, frecuentemente con gritos y regaños.

Esto es parte de su estilo, y hasta con sus regaños “genéricos” de padre amoroso, se siente su pasión por lo que enseña.

Hoy rescato un poderoso mensaje que él transmite en este curso: ¡las metas son aburridas!

Te invito a que lo pienses por un momento: ¿qué meta estás buscando en este momento?

E incluso, piensa en los últimos meses y años, en metas que ya cumpliste.

¿Qué tanto te disfrutaste o te estás disfrutando “la ruta” hacia dicha(s) meta(s)?

Hasta hace unos años, yo solía estar muy enfocado en la meta, y era algo como “listo, conseguido, check y siguiente“.

Y si, en retrospectiva disfruté muchos momentos de tantas rutas, a tantas metas, pero no era muy consciente de estas.

En el mundo deportivo, esto es muy cierto, en especial para quienes somos hinchas.

Imagina que al equipo de tus sueños va muy bien, ganando casi todos los partidos.

Genial, y claro, te has gozado muchos de esos triunfos, en especial, con los rivales de toda la vida, que suelen ser los más complejos.

Pero el objetivo es realmente uno solo: ¡ganar la copa 🏆!

Tu equipo sigue avanzando, va muy bien, llega a la final, y wow, ¡ganó, primer lugar 🥇!

Seguro esos días antes de la gran final, y el día del partido definitivo, ¡te los gozaste!

Pero al final, probablemente estabas enfocado y anticipándote al momento en el que el árbitro decía que el partido había finalizado, y eran campeones.

Celebras esa noche el triunfo con amigos y desconocidos, quizás molestando a otros amigos hinchas de equipos rivales.

Y, puede que la celebración se extienda unos cuantos días, unas semanas

Pero inevitablemente, con el paso del tiempo, el éxtasis empieza a disminuir.

El triunfo, el recuerdo, más la copa, quedarán y serán para siempre.

Pero si te centraste demasiado en ese último partido, te perdiste de lo más interesante, que era el camino, cada nuevo partido, cada nueva victoria, incluso, esos momentos en los que el equipo parecía decaer y no encontraba el rumbo.

Esto pasa en todos los aspectos de la vida, desde lo personal hasta el trabajo.

Por ejemplo, con el tiempo me di cuenta de que, en mi labor como consultor, lo interesante no se encontraba al finalizar estos procesos, ni meses después cuando el cliente lograba las metas planeadas.

¡No!

El premio estaba desde el inicio, desde la primera reunión con el cliente, cuando escribía y le pasaba la cotización (¡incluso esto!), y cada una de las reuniones y actividades que hacía con ellos.

Al entender esto, el foco de mi relación con los clientes cambió.

Lo triste, y lo analizo en primera persona, es que por años me centré demasiado en la copa, y por afán, por no confiar en los procesos, dejé escapar momentos preciados.

Por eso te invito a reflexionar: ¿qué se está escapando de tu vida, a nivel personal y profesional, por obsesionarte con la meta?

Y te invito a compartir que cambios puedes hacer ya, para modificar esta situación…

¡Ya que NUNCA será tarde!

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